
El grupo Band-Maid tiene nuevo vídeo: «Don’t you tell ME». Esta banda llama la atención, primero que nada, por los uniformes de mucama francesa que visten todas las integrantes, así como por el hecho de que, en sus conciertos, se dirigen al público como «señores» y «princesas». La idea se le ocurrió a la fundadora de la banda, la guitarrista Miku Kobato, es una clara referencia a los Maid café, populares en Japón, y a la cultura del manga y el anime. Esto sin mencionar, claro está, el evidente guiño sexual de una imagen tan «fetichizada»: basta con hacer una búsqueda en Google con las palabras «mucama francesa» para comprobar esta afirmación.
Pero eliminemos los intermediarios. Band-Maid es una banda muy buena. Tocan un hard rock bien ejecutado que se hace, con cada nueva canción, más interesante. Su música contrasta con la imagen de las chicas, y no solo por los delicados trajes de mucama. El aspecto «performativo», la imagen que han construido, no debe distraernos. La calidad de sus temas, así como de las instrumentistas y la cantante, resulta incuestionable: desde los bajos de Misa hasta la potente y grave voz de Saiki Atsumi, pasando por los solos de Kanami Tōno y la acelerada y precisa batería de Akane Hirose, sin dejar por fuera a la líder de la banda, Miku Kobato.
Esto nos puede ayudar a entender el éxito que han tenido desde su primer disco, Maid in Japan (2014), un mini-álbum al que siguieron otros dos: New Beginning (2015) y Brand New Maid (2016). El lanzamiento del nuevo sencillo, el pasado 9 de enero, coincide con el de su primer álbum largo, Just Bring It.
El vídeo inicia con un elegante baile en una mansión y, en el centro, un hombre abrazando a dos mujeres. Después vemos a las mucamas, las chicas de la banda, aburridas en otra parte de la casa. Finalmente, las sirvientas se rebelan y destruyen la fiesta. La toma final nos muestra a Band-Maid en la sala en la cual era el baile: el hombre ahora está de rodillas y la vocalista lo mira despectivamente mientras apoya una pierna en su espalda. A las escenas que cuentan la breve historia, se intercalan tomas de las integrantes de la banda tocando.
Se narra un pequeño alzamiento de la prole de la mansión, una suerte de lucha de clases en miniatura. Es normal ver cómo la cultura digiere los discursos subversivos y, cuando hablé de Babymetal, comenté cómo la cultura pop japonesa parece particularmente capaz a la hora de asumir esta tarea.
Sin embargo, estamos frente a un caso distinto. La imagen de las mucamas, con toda su carga sexual, no deja de poseer un cierto tono irónico en el acto de Band-Maid. El hard rock y la actitud rebelde de la banda contrastan con la imagen delicada y sumisa del vestuario. No es que ignore el carácter comercial de los trajes. Para empezar, el final en el que la cantante subyuga a su «señor» también tiene cierto nivel de «fetichización». Pero el grupo sabe dialogar con este aspecto al que se debe enfrentar cualquier grupo de rock en la actualidad —el carácter inevitablemente comercial de la industria— y el resultado es un juego irónico a través del cual se produce una autoparodia.
La letra de la canción habla de secretos, de la capacidad de ocultar y mentir. El vídeo, en esto, tampoco es caprichoso: las sirvientas permanecen ocultas mientras el «señor» se divierte, y se rebelan, en las últimas escenas, a este acto de hipocresía. Existe en esto un carácter análogo con la ironía, que es, a fin de cuentas, una forma de ocultamiento que se delata a sí misma. Resumiendo, y a pesar de la primera impresión que puede generar Band-Maid, quienes miren con atención notarán que no hay nada ingenuo en su imagen. Y si esto no es suficiente, no puedo concluir sin insistir: su música es excelente.
La líder es Akane, no Miku.
Chris, primero que nada, gracias por el comentario.
Sobre la aclaratoria que haces: reconozco que uso la palabra “líder” de manera libre y quizá por eso te resulta imprecisa. Me explico, Miku es la fundadora, así como la que ideo la estética y el concepto de la banda, y, además, es la “frontwoman” tanto en las entrevistas como en los conciertos. Es a este carácter protagónico y fundamental que ella tiene al que me refiero cuando la llamo líder.
Nuevamente, gracias por tu aclaratoria. La tomaré en cuenta y, de ser necesario, cambiaré el término.